Atenas, 31 oct (EFE).- Bastaron tres temporadas en el Olympiacos, repartidas en dos aventuras (2008-2009 y 2010-2012), para que el técnico del Barcelona, Ernesto Valverde, recibiera hoy un cálido recibimiento en su regreso a Grecia.
La facción más radical de la afición, la Gate 7, no cesó de vitorear al técnico que conquistó tres ligas y dos copas con el club del Pireo.
Además, en un lateral del estadio, se desplegó una pancarta que rezaba: "Ernesto, gracias por todo".
Pero no sólo en el Olympiacos fueron testigos de la admiración por el entrenador extremeño. De hecho, el propio Valverde se encargó ayer de recordar en la comparecencia de prensa que durante su estancia en Grecia incluso se ganó "el respeto de los rivales más encarnizados".