Barcelona, 25 abr (EFE).- El Espanyol ha pasado de respirar tranquilo en la clasificación a ver como el peligro del descenso es real y tangible, ya que está a cinco puntos de la zona roja de la clasificación de Primera división después de haber sumado un único empate en los últimos cuatro partidos de Liga.
El entrenador del Espanyol, Constantin Galca, dio con la tecla modificando su apuesta inicial por un sistema más sólido, sin riesgos.
El 4-1-4-1 empezó siendo un éxito, aunque en las últimas jornadas los resultados no han acompañado. El técnico pide más tensión defensiva, sobre todo en la estrategia, y más acierto.
Los desajustes atrás son una de las principales lacras del equipo catalán en esta campaña, ya que con 67 dianas en contra, el cuadro blanquiazul es el segundo conjunto más goleado de la categoría, mientras que como realizador, los 35 tantos a favor le convierten en el quinto club, junto al Sporting, que menos marca.
Tanto los jugadores como el cuerpo técnico hacen autocrítica. "No merecemos esta camiseta", aseguró el capitán, Javi López, tras la última derrota ante Las Palmas por un abultado 4-0.
El Espanyol, de todos modos, está convencido de sacar esta situación adelante, puesto que sitúan la permanencia en unos 40 puntos, por lo que faltan tres.
El calendario les depara partidos contra el Sevilla en Cornellà-El Prat, ante el Barcelona en el Camp Nou y cierran la Liga frente al Eibar en casa.
La esperanza y el objetivo es finiquitar la salvación este domingo ante el Sevilla (16.00 horas). El club blanquiazul confía en que sus seguidores respondan.