Madrid, 10 ago (EFE).- Desde hace varias temporadas la aparición de hombres de negocios o inversores extranjeros en los clubes europeos es algo tan habitual que poco a poco ha dejado de ser una noticia de impacto para convertirse en algo normal. La invasión está a la orden del día y un país se encuentra por encima del resto: Estados Unidos.
De un modo u otro, el Chelsea, el Crystal Palace, el Liverpool, el Manchester United, el Sunderland y el Roma, tienen entre sus altos cargos o en sus principales dueños a un propietario o a un presidente estadounidense.
La Premier League, con cinco, es la competición en la que más nombres de este país han desembarcado para ponerse al frente de los clubes. Y, de todos ellos, el más representativo tal vez sea el Liverpool.
El club "red" es propiedad desde 2010 del grupo empresarial estadounidense Fenway Sports Group, que nombró presidente al neoyorquino Tom Werner el 1 de diciembre de ese mismo año.
Desde su llegada al conjunto inglés, este productor televisivo, guionista y hombre de negocios, sólo ha conseguido un título: la Copa de la Liga en la temporada 2011/12. Rozó una Premier en la 2013/14, pero fue segundo a dos puntos del City. Su bagaje, en general, es pobre. Ahora, con Jugen Klopp en el banquillo desde el principio del curso, intentará dar alguna alegría a su afición.
En el Chelsea, por debajo del ruso Roman Abramovich, propietario del club londinense y persona que decide cualquier movimiento, hay otro estadounidense que ejerce la figura de presidente: Bruce Buck, fundador, socio y gerente de Skadden, ARPS, Slate, Meagher & Flom, firma de abogados de Estados Unidos en Londres.
La relación de Buck con el Chelsea es curiosa. Nacido en Nueva York, es un acérrimo aficionado al equipo inglés desde la década de los 80. Es abonado desde los 90 y presidente desde 2004. Ahora, es uno de los dos únicos accionistas. Román Abramovich tiene 84 millones de acciones por una de Buck, prácticamente una figura decorativa.
En el Manchester United manda la familia Glazer. En 2005 el magnate Malcolm Glazer se hizo con las riendas de la entidad inglesa rodeado de polémica entre una afición que no aceptó de buen grado la llegada del estadounidense. A su muerte, en 2014, dejó 5 Premiers en las vitrinas del United y una Liga de Campeones, la de 2008.
Ahora, el club es gobernado por Avram y Joel Glazer. El primero, también controla la First Allied Corporation, la Zapata Corporation y a los Tampa Bay Buccaneers de la NFL. Además, ocupa el número 67 en el ránking de los millonarios de la revista Forbes. Es otro multimillonario al frente de un equipo inglés.
El Sunderland también tiene un presidente nacido en Estados Unidos. Ellis Short, de Independence, Missouri, es el máximo mandatario del club del noreste de Inglaterra. Tras algunos años relacionado con la entidad británica gracias a la posesión de varias acciones, asumió el control total del equipo en 2009.
Joshua Harris es otro de los nombres estadounidenses que forma parte de un club de la Premier. En el Crystal Palace comparte la presidencia junto a los ingleses Steve Parish y Stephen Browett y también es propietario del club junto al mismo Parish y Browett y Jeremy Hosking y Martin Long.
Amante de los deportes, Harris es un empresario billonario que también es propietario de dos franquicias de su país, Philadelphia 76ers y New Jersey Devils y en la Premier intentará impulsar a un club que acabó la pasada temporada en la decimoquinta posición de la Premier League.
En Italia, como en Inglaterra, un hombre nacido en Estados Unidos, James Pallota, también preside un club, el Roma. Nacido en Boston hace 58 años, sucedió en el cargo a Thomas Di Benedetto el 27 de agosto de 2012 y desde entonces, bajo su gestión, no ha conseguido ganar ningún título. En dos ocasiones, acabó segundo en la Liga, pero nunca ha podido celebrar nada junto a su hinchada.
Esos son los seis nombres que dominan Europa por encima de Rusia, que tiene a cinco dirigentes repartidos por el continente. Son propietarios Roman Abramovich en el Chelsea, Maxim Demin en el Bournemouth, Margarita Louis-Dreyfus en el Olympique Marsella, Dmitry Rybolovlev en el Mónaco y Alexander Chigirinski en el Vitesse holandés.
China también se introduce poco a poco en el mundo del fútbol europeo y su presencia empieza a hacerse notar con tres representantes: Chen Yansheng, presidente del Espanyol, Jiang Lizhang propietario y presidente del Granada y el grupo Suning Holdings Group, que gobierna con el 70 por ciento de las acciones al Inter de Milán.
Año a año, grandes magnates extranjeros se van haciendo con el control de los equipos. En Inglaterra, es más raro encontrar a un presidente nativo que a uno de fuera. En total, en 13 de los 20 clubes de la Premier hay un propietario o un presidente no británico.
En España, son cuatro clubes los que viven una situación similar: Espanyol, Granada, Málaga y Valencia; en Francia, Mónaco, París Saint Germain, Olympique Marsella han sucumbido a esta práctica; en Alemania, sólo el Wolfsburgo, con el español Francisco Javier García, tiene un extranjero al mando; y en Portugal y en Bélgica, no hay mandatarios de fuera de esos países.
Pero, de momento, es Estados Unidos el país que más nombres tiene al frente de los clubes de las grandes ligas europeas. Werner, Buck, Glazer, Short, Harris y Pallota son los apellidos que marcan el paso de los grandes magnates que han decidido invertir en fútbol.
Juan José Lahuerta