Daytona Beach (Florida, EE.UU.), 28 ene (EFE).- Una vez más la clase de los pilotos latinoamericanos quedó puesta de manifiesto dentro de la competición automovilística estadounidense después que brasileños Christian Fittipaldi y Felipe Nasr con sus respectivos equipos se proclamaron campeones y subcampeones en las 56 edición de las Rolex 24 Horas de Daytona.
Como se esperaba el equipo campeón fue el que su monoplaza tuvo mejor rendimiento en cuanto velocidad, pero sobre todo a la resistencia de una prueba de tanta duración.
La experiencia de Fittipaldi, ya había ganado la prueba en dos ocasiones anteriores, en las ediciones del 2004 y del 20014, que ya tuvo de compañero a Barbosa, quien a su vez también había ganado en el 2010, hizo la diferencia a favor de los nuevos campeones.
Mientras que Albuquerque, que logró su primer título, tuvo el honor de ser el que pilotase el último turno de la carrera y cruzase la línea de meta al volante del Cadillac DPi campeón.
"Haber ganado por tercera vez la carrera es algo muy especial que te deja una gran satisfacción porque todo el trabajo y esfuerzo que hizo el equipo al final tuvo la recompensa el triunfo", declaró Fittipaldi. "Mis compañeros han estado sensacionales y el personal que lleva meses preparando la carrera".
La gran labor que realizó el equipo de Mustang Sampling quedó reflejada en las dos nuevas marcas que establecieron en la legendaria carrera de prototipos y resistencia.
El Cadillac DPi ganador completó 808 vueltas al circuito Daytona International Speedway, pulverizando las 762 que habían establecido en la edición de 1992 los japoneses Masahiro Hasemi, Kazuyoshi Hoshino y Toshio Suzuki junto al sueco Anders Oloffson con el prototipo Nissan R9a CP.
Fittipaldi, Barbosa y Albuquerque completaban la vuelta número 763 cuando todavía quedaba más de una hora de carrera.
Debido a la nueva configuración que tiene el circuito, con mayor distancia cada vuelta, la otra marca establecida fue la distancia recorrida de 2.876,48 millas (4.629,23 kilómetros), que superó la conseguida en 1982, de 2.760 millas (4.441,78 kilómetros).
El equipo campeón logró la segunda marca después de haber completado 25 minutos más de carrera desde que alcanzaron las 763 vueltas.
"Es otro motivo más de satisfacción y que demostró que siempre estuvimos en control de la carrera ante la gran prestación que tuvo en todo momento nuestro coche", subrayó Fittipaldi.
Su compatriota el joven Felipe Nasr, de 25 años, también confirmó las buenas sensaciones que había tenido durante los entrenamientos y las pruebas de clasificación y junto a sus compañeros Stuart Middleton, Eric Curran y Mike Conway consiguieron entrar en segundo lugar con el otro monoplaza Cadillac DPi del equipo Whelen Engineering Rancing.
A penas 1:10.544 de diferencia con los campeones, un tiempo que confirmó que estuvieron también muy cerca de la victoria cuando el último turno al volante del Dadillac DPi No.31 estuvo Middleton.
"Te queda la frustración de haber estado muy cerca de la gran victoria, pero al final también se está satisfecho de haber conseguido acabar la carrera en segundo lugar", declaró Nasr. "Es una experiencia única que espero repetir todas las veces que pueda".
Cierto que los veteranos, sus compatriota Helio Castroneves y el colombiano Juan Pablo Montoya, al final tuvieron que conformarse con el noveno y décimo puesto, respectivamente, pero fueron sin discusión los pilotos que estuvieron también en la lucha por el título hasta que en la última parte de la carrera comenzaron a tener problemas mecánicos con sus prototipos Acura DPi del Team Penske.
Ambos monoplazas con el No.7 y No.6, respectivamente, inclusive hasta el final se mantuvieron en la lucha por superar posiciones, pero acabaron la carrera 15 vueltas por detrás de los campeones.
"Marchamos muy bien, con un gran control, hasta que tuvimos los problemas mecánicos que nos hicieron perder un tiempo que ya era imposible remontar, aunque luchamos hasta el final porque todo el equipo realizó una labor excepcional", comentó Castroneves, tres veces campeón de las 500 Millas de Indianápolis, que buscaba su primer título en la prueba.
La presencia de ambos pilotos, Montoya tiene tres títulos en su haber, junto con la del español Fernando Alonso, que volvió a crear toda una "Alonsomanía" fuera de la pista, hizo que la edición 56 de las 24 Horas de Daytona registrase el mayor interés y asistencia de espectadores de su historia.
Junto a ellos otros cuatro pilotos latinoamericanos completaron una gran carrera como fueron el brasileño estadounidense Gustavo Menezes, el joven de 23 años, que ocupó el séptimo puesto con el prototipo ORECA LMP2 del equipo JDC-Miller Motorsports, en el que tuvo de compañeros a Chris Miller, Stephen Simpson y Misha Goikhberg.
Mientras que los colombianos Sebastián Saavedra y Gustavo Yacaman junto al mexicano Roberto González y el tejano Nicholas Boulle ocuparon el duodécimo puesto con el monoplaza Ligier LMP2 del equipo AFS/PR1 Mathiase Motorsports.