Filadelfia (EE.UU.), 20 ene (EFE).- Los Eagles de Filadelfia y los Vikings de Minnesota fueron los dos mejores equipos en la Conferencia Nacional (NFC) casi durante toda la temporada regular de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), y el domingo, solamente uno podrá ganar el pasaporte al Super Bowl LII.
La gran novedad histórica es que ambos equipos han llegado hasta el partido decisivo en la NFC con sendos mariscales de campo que al iniciar la temporada regular estaban ambos en el banquillo.
Las dos escuadras se enfrentarán en un partido sumamente nivelado por la calidad de sus cuadros defensivos, pasando por las situaciones de sus mariscales e incluso de sus respectivos entrenadores en jefe.
En un duelo con tantas similitudes entre los equipos, la principal diferencia es que los Vikings ingresan al juego por el título con su identidad casi sin movimiento, luego de que su mariscal de campo Case Keenum entró por primera vez como titular en la segunda semana del campeonato regular después que se lesionó el titular Sam Bradford.
Mientras los Eagles siguen en proceso de adaptación sin su jugador franquicia y gran estrella, el mariscal de campo Carson Wentz, que también será baja por lesión que sufrió antes que concluyese la temporada regular.
A pesar de su ausencia por rotura de ligamento en la rodilla izquierda, gracias a la calidad de su entrenador en jefe, Doug Pederson, los Eagles han superado adversidades y están a sólo un triunfo del partido de Super Bowl.
A partir de la pérdida de Wentz, ocurrida tras el partido de liga que disputaron frente a los Rams de Los Angeles, los Eagles han ganado todos sus partidos importantes, incluida una victoria por 15-10 sobre los Falcons de Atlanta en la ronda de División.
El mariscal de campo Nick Foles, que sustituyó a Wentz, tuvo marca de 2-0 en temporada regular, y aunque lo estuvo brillante ante los Falcons de Atlanta, en la ronda de división, hizo la labor que el equipo necesitó para ganar.
La principal preocupación de los Eagles es que el domingo se van a enfrentar a la defensa número uno de la liga, la de los Vikings, que tardaron más esta temporada que los Eagles en demostrar que son peligrosos contendientes al Super Bowl.
Los Vikings han superado las pérdidas de Bradford y Dalvin Cook y enfrentado innumerables lesiones en su línea ofensiva, pero su defensa les ha mantenido como ganadores, además de la gran aportación sorpresa de Keenum.
La misma se ha convertido en una de sus cartas más sólidas es Keenum, que llegó al equipo como agente libre para ser suplente y ahora es el centro de atención y jugador clave.
Sin Keenum, los Vikings no habrían ganado ocho partidos de manera consecutiva, ni seis como visitantes.
Keenum fue instalado como titular cuando Bradford dejó el campeonato después del primer duelo de la temporada, jugó 15 partidos de temporada regular con marca de 12-3 mientras, lanzando para 22 touchdowns y tuvo sólo siete interceptaciones.
El equipo de Minnesota debe superar también las estadísticas, ya que perdieron sus últimas cinco apariciones en fase final, tres de las cuales por siete puntos o menos.
Estos dos equipos tienen un combinado de 0-6 en partidos de Super Bowl, pero cualquiera sería un representante digno de la NFC por lo que demostraron durante la temporada regular.
Los Eagles tuvieron marca de 13-3 y ganaron la ventaja de local, mientras que los Vikings también consiguieron registro de 13-3 como segundo clasificado, de ahí que el partido se juegue en el Lincoln Financial Field de Filadelfia.
Las apuestas en Las Vegas dan a los Vikings como favoritos por tres puntos debido a que su defensa ocupa el primer lugar en la liga en yardas permitidas y puntos permitidos (15,8 por juego), mientras que la de Filadelfia es el número cuatro en yardas y puntos (18,4).
No parece haber una debilidad notoria en ninguno de los equipos, por lo que la clave podría descansar en alguno de los dos mariscales de campo que iniciaron el campeonato sin la titularidad.