San Sebastián, 25 sep (EFE).- La Real Sociedad, que sigue sin ganar en Primera División en el estadio eibarrés de Ipurua, vuelve a acrecentar las dudas de su juego tras un inicio de temporada irregular que Eusebio Sacristán está obligado a corregir de forma inmediata.
Su único triunfo en el campo eibarrés se produjo en la temporada 2007/08, cuando los dos máximos exponentes del fútbol guipuzcoano se vieron las caras en la Segunda División y desde entonces la Real no ha rascado más que un empate.
El problema de fondo que deja el choque de ayer contra el conjunto de José Luis Mendilibar es la constatación de que la irregularidad puede volver a ser, por segundo año consecutivo, el signo de identidad de este nuevo proyecto.
La Real fue capaz de brillar en campo del Villarreal y realizar el pasado miércoles una exhibición ante el equipo revelación de la liga, la U.D. Las Palmas, pero esos encuentros no dejan en el olvido el desastre vivido en el inicio de temporada ante el Real Madrid (0-3).
Las carencias exhibidas ante el conjunto blanco se repitieron en El Sadar contra el Osasuna a pesar del triunfo (0-2) y como broche está el pésimo encuentro de ayer, el peor hasta la fecha en el que los blanquiazules no fueron capaces de rematar a la portería del que fuera su exguardameta Asier Riesgo.