El Allianz Arena será el escenario donde este 31 de mayo se dispute la gran final de la Champions League, entre dos clubes que, con estilos distintos, han sabido reconstruirse para llegar al umbral de la gloria. París Saint-Germain busca su primera "Orejona", mientras que el Inter de Milán aspira a su cuarto título en la Champions League.
La historia reciente no ha sido fácil para ninguno. El PSG llega con el objetivo entre ceja y ceja desde la llegada de Luis Enrique, un técnico que ya sabe lo que es ganar esta competencia. En su primer año al frente del conjunto parisino, logró llevar al equipo hasta la cima, dejando en el camino a gigantes como Liverpool, Arsenal y Manchester City.
Ese camino no fue sencillo. El club francés llegó a comprometer su clasificación en fase de grupos, tras caer ante Arsenal, Atlético de Madrid y Bayern Munich. Sin embargo, una remontada épica ante el City, de 0-2 a 4-2, encendió la chispa que impulsó su brillante tramo final, sellando incluso un contundente 10-0 global ante Stade Brestois en playoffs.
Del otro lado, Simone Inzaghi ha obrado una alquimia en el Inter. El equipo italiano, sin nombres tan rimbombantes ni una chequera abultada como su rival, ha sabido construir una estructura sólida. Su rendimiento en esta Champions ha sido notable, cediendo apenas un gol en toda la fase de grupos y venciendo al temible Barcelona en una semifinal que parecía perdida hasta los minutos finales.
Frattesi y Acerbi emergieron como héroes inesperados para rescatar a los nerazzurri en ese duelo ante los azulgranas. La clasificación a la final también es un bálsamo para un Inter que no pudo defender su título de Serie A, arrebatado por Napoli, ni alcanzar la final de Copa Italia, tras caer ante su clásico rival, el AC Milan.
El Inter, además, intentará apelar a la cábala: vestirá de dorado, el mismo uniforme utilizado en el inicio de su camino triunfal ante el Feyenoord. Esa piel brillante representa más que un diseño: es un símbolo de la transformación que ha vivido el equipo desde la llegada de Inzaghi en 2021, cuando la plantilla sufría las salidas de piezas clave como Hakimi y Lukaku.
En contraste, el PSG con figuras como Donnarumma, Hakimi y el eterno capitán Marquinhos ha dejado atrás los años del derroche y las estrellas mediáticas. Atrás quedaron Messi, Neymar y Ramos; ahora, el proyecto parece más enfocado y sostenido. Ya han conseguido el doblete en Francia esta temporada, con la Ligue 1 y la Copa nacional.Curiosamente, Múnich ha sido tierra de nuevos campeones en ediciones anteriores, y esta vez podría volver a ocurrir.
Para el PSG, sería el primer título continental. Para el Inter, el cuarto. Pero para ambos, será la culminación de una historia que comenzó con dudas y hoy los tiene en el partido más importante del año.
Por: Rodolfo Mendoza