NBA NBA -  30 de junio de 2025 - 14:03

Cooper Flagg, elegido número uno del Draft NBA 2025 por Dallas Mavericks

Cooper Flagg fue seleccionado como número uno del Draft NBA 2025 por los Dallas Mavericks, una franquicia que busca redención tras el traspaso de Doncic.

Aunque la lotería daba menos del 2% de posibilidades, el milagro ocurrió: Dallas obtuvo el primer pick y no dudó. La elección de Flagg, ya anticipada por medios y rumores, fue sellada semanas atrás con visitas del jugador a la ciudad y reuniones con la directiva encabezada por Nico Harrison y Jason Kidd. El jugador de Duke, curtido ya en grandes escenarios, llega como un faro de esperanza para una franquicia que busca resurgir tras meses convulsos. El pabellón ya tenía lista su camiseta y su dorsal.

La narrativa de este Draft NBA 2025 estuvo marcada por nombres familiares y otros emergentes, aunque la conversación se centró desde el principio en el joven de 18 años que muchos ven como el próximo gran fenómeno estadounidense. A nivel físico, técnico y mental, Flagg ha dado señales claras de que está listo. Su inclusión en una plantilla con figuras como Anthony Davis y Daniel Gafford o Dereck Lively II (según la rotación) apunta a un proyecto ambicioso donde el de Newport podría brillar como alero titular.

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Pero no todo giró en torno a Flagg. Dylan Harper, hijo del legendario Ron Harper, fue la segunda selección, reclutado por San Antonio Spurs. Allí se unirá a la joven superestrella Victor Wembanyama y a Stephon Castle, proyectando una columna vertebral imponente para los años venideros. En el tercer puesto, los Philadelphia 76ers apostaron por el bahameño Valdez Edgecombe, un escolta atlético y explosivo que buscará complementar el perímetro de los Sixers.

Más abajo en la tabla, el cuarto pick fue para Kon Knueppel, proveniente de una extensa familia de baloncestistas y ahora parte del futuro de los Charlotte Hornets. En la quinta posición, los Utah Jazz decidieron ignorar la advertencia del polémico Ace Bailey, quien había expresado su deseo de no jugar en la franquicia de Salt Lake City, seleccionándolo de todas maneras.

Otros momentos destacables fueron la selección del sursudanés Khaman Maluach (vía Rockets, pero terminará en Phoenix), el escolta Tre Johnson (6.º, Wizards), y Jeremiah Fears (7.º, Pelicans), todos jugadores que podrían tener impacto inmediato. En el octavo lugar, los Brooklyn Nets apostaron por el ruso Egor Demin, quien será entrenado por el español Jordi Fernández y ya conoce la élite europea tras su paso por la cantera del Real Madrid. Collin Murray-Boyles, elegido por Toronto, cerró el top 10.

La primera ronda también trajo historias interesantes: el camerunés Noa Essengue fue 12.º para los Bulls, mientras que el chino de 2,18 metros Yang Hansen fue reclutado por los Blazers en el 16.º puesto. En el 20.º, los Miami Heat seleccionaron al lituano Kasparas Jakucionis, formado en el Barça. Por su parte, los Nets se convirtieron en protagonistas al hacer historia con cinco selecciones en esta ronda, apostando por talento internacional como Ben Saraf, Nolan Traoré, Danny Wolf y Drake Powell.

Ya en la segunda ronda, el foco mediático disminuye, pero no por ello desaparecen las oportunidades. Desde el prometedor Rasheer Fleming (Suns) hasta el versátil Jahmai Mashack (Grizzlies), pasando por prospectos como Koby Brea, Ryan Kalkbrenner o Tyrese Proctor, muchos equipos optaron por jugadores más formados, capaces de aportar desde el primer día. Los Knicks, por sanción, perdieron su elección, lo cual redujo la segunda ronda a 29 nombres.

Más allá de los nombres y el glamour del evento, el Draft NBA 2025 dejó una reflexión clara: el talento joven sigue renovando la liga con historias que cruzan generaciones, nacionalidades y estilos de juego. Flagg llega como el rostro de esa transición, pero nombres como Harper, Edgecombe o Demin prometen dar forma a un nuevo mapa competitivo en los próximos años. Lo que antes parecía una liga en manos de veteranos consagrados, hoy respira con fuerza juvenil.

La liga, por tanto, no solo gana caras nuevas, sino también narrativas que renuevan la ilusión de los aficionados. Y si algo quedó claro en Brooklyn es que el show de la NBA continúa sin perder ritmo. La diversión apenas comienza.