La NBA vivió un bombazo pocas horas antes del Juego 7 de las Finales. En un movimiento inesperado, Kevin Durant fue traspasado a los Houston Rockets, equipo que se refuerza de cara a un nuevo intento por llegar lejos en postemporada. Phoenix recibe a cambio a Jalen Green, Dillon Brooks y la décima elección del próximo draft.
El experimentado alero de 36 años aterriza así en su quinto equipo tras pasos por Oklahoma City, Golden State, Brooklyn y Phoenix. A pesar de los altos costos salariales y el incierto futuro financiero, Houston se la juega con una estrella que, si bien ha perdido algo de explosividad, mantiene una eficacia ofensiva envidiable: registró un TS% de 0.642 la última campaña, superado solo por Nikola Jokic entre los jugadores de alto uso.
Durant promedió 26.8 puntos, 6 rebotes y 4.2 asistencias en su etapa con los Suns, pero el ambicioso proyecto junto a Devin Booker y Bradley Beal no dio resultados: semifinales en 2023, barrida en primera ronda en 2024 y un doloroso undécimo lugar este año. Phoenix, tras quedarse fuera del play-in, parece haber activado la reconstrucción.
Houston, en cambio, acelera su proceso competitivo. El equipo dirigido por Ime Udoka finalizó segundo del Oeste y, aunque cayó ante los Warriors en primera ronda, mostró grandes destellos. La salida de Brooks, clave en la transformación defensiva, duele, pero se compensa con el crecimiento de Amen Thompson, quien ya fue considerado el mejor defensor perimetral del equipo.
La llegada de Durant reconfigura el quinteto titular. Con Fred VanVleet y Alperen Sengun como líderes estables, Thompson y posiblemente Jabari Smith Jr. ocuparán roles más exigentes. Además, Tari Eason, Cam Whitmore y el prometedor Reed Sheppard tendrán ahora una mayor cuota de responsabilidad en la rotación.
El traspaso incluyó también cinco segundas rondas y permite a los Rockets conservar selecciones clave, como la primera ronda sin protección de Phoenix en 2027 y múltiples picks potenciales de Brooklyn y Dallas. A corto plazo, esto no sólo mejora el ataque en media cancha —donde Houston ocupó el puesto 22 esta temporada—, sino que también posiciona al equipo como candidato legítimo en el Oeste.
El contrato restante de Durant es de 54 millones para la campaña 2025-26, y su renovación supondría decisiones difíciles en el futuro, especialmente cuando el contrato de novato de Thompson expire. Sin embargo, el equipo cree que el riesgo vale la pena.
Así, Houston se mueve al siguiente capítulo de su proyecto sin ceder piezas fundamentales. Solo el tiempo dirá si Durant es la pieza final para que los Rockets regresen al protagonismo en los playoffs de la NBA.