CAI VS Universitario: El vikingo se hace eterno sin entrar en el Valhalla

Análisis táctico de la final de la LPF entre CAI y Universitario

Se dice que, para entrar al Valhalla, los vikingos debían morir en batalla; a partir de ahí, les correspondía la eternidad. El CAI ha conseguido lo segundo sin tener que cumplimentar con lo primero. El equipo de Fran Narváez se impuso al Universitario y se hizo con el campeonato de la LPF en un duelo de mucha paridad.

Un primer tiempo que estuvo marcado por un constante ida y vuelta y bastante descontrol. Por un lado, CAI intentó construir con poca gente: mediocentro y centrales únicamente, con algún acercamiento puntual de Yearwood para dar soporte a Hurtado, una vez la pelota progresaba, ya se abría más. También la disposición demandó a Serrano a participar mucho más por dentro para ser ese tercer escalón. Su intervención a la hora subir la pelota, y su función como descolgado en transiciones, dieron cierto aire a su equipo.

El problema que tuvo CAI es que la disposición facilitaba el encaje de marcas de la U: mediocampistas comprimiéndose, centrales saltando lejos de zona con sus correspondientes reajustes y anchura bien protegida con la línea de 5 (5-3-2), por lo que los cambios de orientación de los chorreranos estaban siempre defendidos por los carrileros, y los espacios interiores eran inexistentes.

Universitario marcó otras consignas: soltó a sus volantes, Mena y Jamel, para fijaran que muy arriba, dejando un mediocampo bastante vacío (esto le repercutiría para mal). Su construcción fue bastante más directa y cuando robaban intentaban encontrar los desmarques de Rose y Cox.

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Grafico que señala como fue adquiriendo mayor dominio el conjunto chorrerano después de los cambios.

Grafico que señala como fue adquiriendo mayor dominio el conjunto chorrerano después de los cambios.

Narváez mueve el timón

Fran pegó un volantazo para los segundos 45 minutos. No solo cambió su línea defensiva, sino que metió a ‘Lipo’ Ávila y a Valverde. Con lo primero, el equipo se hizo más ancho por mediación de sus carrileros. El carril izquierdo con Torres ganón en amplitud y esto fungió para que los pasillos interiores se abrieran. Con la segunda modificación Serrano pudo reducir su radio de acción y junto a los cambios mencionados el equipo ganó en elaboración, mayor capacidad para triangular, y un puntito de pausa necesaria mezclando el buen pie de los jugadores más capaces en esos espacios. Todo esto se tradujo en posesiones más largas y llegadas más diáfanas.

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En esta mapa de posiciones medias de CAI se ve lo señalado:  con los carrileros el equipo fue más ancho y la posición cerrada de Serrano no se convirtió en un handicap. 

En esta mapa de posiciones medias de CAI se ve lo señalado: con los carrileros el equipo fue más ancho y la posición cerrada de Serrano no se convirtió en un handicap.

La U en por el contrario no buscó otra intencionalidad que no fuera la mencionada. Sus transiciones, aunque peligrosas, tenían un cariz menos prístino y su constante juego abierto y sin medios dejó espacios muy aprovechables, que el CAI transformó en el marcador. Aunque fuera un duelo de pegadas, una estuvo más engrasada que la otra. Eso le dio a CAI la corona, eso le hizo campeón y lo volvió eterno.

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