El VAR debutó en una Copa del Mundo en Rusia 2018 y el sistema ha ido evolucionando en estos cuatro años al nivel que en Qatar 2022 se implementará el uso del SAOT (Semi-Automatic Offside Technology) el sistema de fuera de juego semiautomático. Una tecnología que permite la opción de resoluciones con una animación tridimensional, generada durante el partido de manera automática.
Los balones que se utilicen en el Mundial Qatar 2022 llevarán en su interior una unidad de medición inercial (IMU, por sus siglas en inglés), que enviará un paquete de datos 500 veces por segundo a la sala de vídeo (VOR), lo que permitirá detectar con absoluta precisión el momento exacto en el que se golpea el balón. Esto acaba con el actual sistema de buscar cuadro a cuadro el momento exacto para luego trazar las líneas.
El objetivo es reducir la toma de decisiones, que actualmente ronda los 70 segundos a una media de 25. La mejora tecnológica irá acompañada de 12 cámaras instaladas bajo la cubierta de cada estadio para captar los movimientos del balón y hasta 29 puntos de datos de cada jugador que se tomarán 50 veces por segundo. Estos datos luego se transmiten a un AVAR específicamente de fuera de juego para verificar y hacer su recomendación al VAR y al árbitro de campo.
Esto se utilizará en las jugadas de fuera de juego que no requieran revisión del árbitro central, es decir las acciones objetivas. En las jugadas de fuera de juego que son subjetivas, que son las que involucran a un jugador que interfiere, por ejemplo, en la visión de un portero, se seguirá utilizando el sistema actual.
Este sistema se utilizó por primera vez en un partido oficial en la Supercopa del Europa que enfrentó al Real Madrid contra el Eintracht de Frankfurt jugada en Helsinki, Finlandia.