Ambos sellaron su clasificación este jueves con actuaciones muy distintas, pero efectivas, que los llevarán a disputar la final de la Europa League el próximo 21 de mayo en San Mamés, Bilbao.
En Old Trafford, el Athletic Club se despidió con honor tras intentar una remontada épica frente al United. Los “leones” salieron decididos a emular la histórica noche de 2012 y, con un planteamiento valiente, lograron adelantarse 0-1 gracias a un golazo de Jauregizar que encendió las ilusiones.
Durante buena parte del encuentro, los bilbaínos sometieron a los ingleses con un asedio constante, demostrando orgullo, personalidad y un fútbol de alto nivel, a pesar de contar con varias bajas sensibles.
Sin embargo, la calidad individual del Manchester United acabó marcando la diferencia. Mason Mount lideró la remontada con un doblete, acompañado por goles de Casemiro y Højlund para sellar un contundente 4-1 en la vuelta, que sumado al 3-0 de la ida, dejó el global en 7-1. El equipo de Erik ten Hag mostró pegada en los momentos clave, castigando cada error del rival y dejando fuera a un Athletic que, aunque cayó, se ganó el respeto por su entrega y espíritu competitivo.
Por su parte, el Tottenham certificó su pase a la final con una victoria sólida por 0-2 en su visita al Bodø/Glimt. Con la ventaja del 2-1 en la ida, los Spurs no arriesgaron en exceso durante la primera mitad, pero supieron golpear en el momento justo. Dominic Solanke abrió el marcador en el 63’, y Pedro Porro sentenció la eliminatoria con un golazo inesperado desde la banda, que entró tras tocar el larguero. El VAR anuló un penalti a favor del conjunto noruego en la última jugada, permitiendo a los londinenses festejar con tranquilidad.
Con este triunfo, el Tottenham regresa a una final europea por primera vez desde 2019 y buscará levantar su primer gran título continental desde 1984. Además, una victoria en Bilbao le garantizaría el billete a la próxima Champions League, a pesar de su decepcionante temporada doméstica.
Manchester United y Tottenham, dos gigantes del fútbol inglés con presentes contrastantes, protagonizarán una final vibrante en el nuevo San Mamés. Uno por confirmar su grandeza europea, otro por escribir una nueva página en su historia.
Por: Rodolfo Mendoza