Minneapolis (EEUU), 21 sep (EFE).- La figura del ala-pívot Kevin Garnett ya no tiene ningún protagonismo dentro de la NBA y tampoco con su equipo de los Timberwolves de Minnesota que buscan que el veterano jugador de 40 años tome una decisión sobre la temporada de contrato que aun le queda con ellos.
Lo ideal para el equipo sería que Garnett opte por el retiro después de 21 años de profesional y más que en las últimas tres temporada ha sido ya irrelevante, primero con los Nets de Brooklyn, y luego con los propios Timberwolves, que lo recibieron la pasada al darle un contrato por dos campañas.
Todo parece indicar que Garnett podría aceptar la oferta de irse y recibir ocho millones de dólares del salario de la que todavía tiene que cumplir por contrato.
El propio dueño de los Timberwolves, Glen Taylor, declaró al periódico local del Minneapolis Star Tribune que no había hablado con Garnett durante semanas, por lo que desconocía sus intenciones de futuro.
"No he hablado con él en absoluto", afirmó Taylor al periódico. "Tenemos que decidir en las próximas dos semanas si él va a jugar o no va a jugar. Lo estoy esperando. Le envié un mensaje diciéndole: 'necesito tomar una decisión'. No he sabido nada de él".
El veterano jugador, seleccionado por los Wolves directamente de la escuela secundaria en 1995, Garnett fue la imagen del equipo en 12 temporadas hasta que en julio de 2007 fue traspasado a los Celtics de Boston, donde por fin pudo conseguir el ansiado título de campeón de liga en el mismo año que jugó con ellos.
Dejó los Celtics en el 2013 para irse con los Nets, donde pasó desapercibido y sin ningún tipo de aportación al proceso de reconstrucción que había iniciado el equipo que inauguró su sede en Brooklyn con nuevo campo.
Los Timberwolves, en otra decisión poco entendible por parte de la gerencia, consiguieron que volviese con ellos en febrero del 2015, cuando el entonces entrenador y gerente general, Flip Saunders, que falleció el año pasado, convenció a Garnett que renunciase a la cláusula que tenía de no poder ser traspasado con Nets para volver con el equipo de Minnesota.
Garnett acordó regresar a los Wolves, según las fuentes, en parte debido a que esperaba unirse a Saunders para comprar la franquicia a Taylor, dueño de largo plazo.
Pero Garnett perdió a su más fuerte aliado en la organización cuando Saunders murió justo antes de inicio de la temporada pasada, solo tres meses después de que se anunció que Saunders había sido diagnosticado con la enfermedad de Hodgkin.
El fallecimiento de Saunders y el pobre rendimiento que tuvo de nuevo el equipo la pasada, incluida la aportación del propio Garnett, hace que su continuidad con el equipo no tiene mayor sentido desde el apartado deportivo.
La presencia de jóvenes valores como el ala-pívot dominicano Karl-Antony Towns, segundo año, el alero canadiense Andrew Wiggins, el escolta Zach LaVine y el base español Ricky Rubio tendrán ante si la gran oportunidad de dar su mejor versión con la ayuda del nuevo entrenador Tom Thibodeau, que llega para iniciar un nuevo proceso de reconstrucción de la franquicia.
Thibodeau, un especialista en el juego defensivo, y de gran disciplina, no ha hecho todavía ningún comentario sobre si realmente tiene algún tipo de interés porque Garnett siga con el equipo como jugador.