La posición de running back en el fútbol americano tuvo una larga etapa de protagonismo, desde la creación de la NFL hasta comienzos de la década del 2010. En la actualidad, la posición ha perdido un valor significativo, lo que ha ocasionado que los equipos opten por pagar menos a los corredores o reemplazarlos. Pero, ¿qué ocasionó este declive?
Un pase incompleto podría resultar en un turnover si ninguno de los equipos tocaba la bola antes de tocar el suelo, lo que desmotivaba a los equipos a querer elevar la pelota. El deporte estaba hecho para correr el ovoide, lo que por inercia, le dió una importancia única a la posición.
En 1933, la National Football League desvinculó sus reglas de los términos colegiales y regularon el pase del ovoide sin tantas limitaciones desfavorables, abriendo una dimensión desconocida en la manera de jugar el fútbol americano.
Mientras que los conceptos de pase se desarrollaban, el ataque confiable de los equipos comenzaba por tierra. Para las franquicias era indispensable tener un buen juego terrestre, incluso ya con un reglamento mucho más flexible que facilitaba pasar la bola. Los running backs fueron la piedra angular de muchas ofensivas. De 1957 hasta el 2012, 16 corredores se llevaron el honor de MVP de la NFL.
El declive de la posición
La evolución del juego se inclinó esencialmente a pasar la pelota. Los equipos que han priorizado este aspecto táctico, han tenido mayor éxito. En base al análisis, todas las posiciones ofensivas se ven favorecidas, menos los corredores.
Ahora, ¿qué ocasionó que la posición se devaluara tanto? Uno de los motivos es que tienen el periodo de carrera más corto en la NFL. El promedio de longevidad de los corredores es de 2.5 años en la liga.
Esta clase de jugadores sufren una cantidad considerable de golpes por la naturaleza de la posición. La alta exposición a ser tackleados les lleva a ser más propensos a lesionarse, lo que reserva a los equipos a comprometerse con ellos a contratos multianuales.
En la última década, se ha rectificado que los equipos no necesitan gastar mucho en running backs para ganar campeonatos. Desde el 2014, los campeones del Super Bowl pagaron en promedio 3.5 millones de dólares por año a sus corredores titulares.
Esto puede indicar que el éxito de los corredores depende principalmente de su línea ofensiva. Los linieros son responsables de abrir los gaps por donde el running back tiene que correr. Lo que indica que, si la línea no hace su trabajo, el corredor tampoco podrá hacerlo.
La evolución del juego impactó de manera negativa a los running backs, sin embargo es un estilo de juego que todavía predomina en varios equipos de la NFL. El sistema terrestre puede ayudar a resolver partidos, pero no ganar campeonatos.
Por Jhavid Zapata