La selección nacional de Panamá se presentó en el Estadio Nacional de Costa Rica no sólo con la intención de certificar su pase al Final Four de la Liga de Naciones de Concacaf, sino de dar un paso más en el crecimiento de nuestro fútbol: ganar un partido oficial en suelo tico.
Luego del primer cuarto de hora, los ticos asumieron la iniciativa del partido más por ímpetu que por juego, pero Panamá no se vio incómoda defendiendo en un bloque medio/bajo. Si costó un poco en la salida de pelota luego de recuperaciones, pero ahí se le puede dar el mérito al rival que generaba buenas recuperaciones tras pérdida.
Es importante destacar el trabajo en la primera mitad de los tres centrales, Andrés Andrade, Harold Cummings y Fidel Escobar, que se mostraron sólidos en su tarea. Muy seguros por alto, cubriendo bien las zonas y cortando constantemente las líneas de pase de la selección tica.
Para la segunda mitad el ingreso de Yoel Bárcenas le dio más asociación por dentro al cuadro nacional que tuvo más la pelota y generó más ocasiones por banda con Amir Murillo por derecha y César Blackman por izquierda.
Con el ingreso de Jovani Welch tuvo mucha más libertad creativa Adalberto Carrasquilla y el conjunto nacional lo agradeció.
El equipo se presentó muy solidario en todo momento, dándole valor y razón a las palabras de Christiansen en conferencia de prensa, “jugaremos este partido como la final del mundial”. Ismael Díaz colaboró constantemente en defensa y generó peligró cada vez que recibía por izquierda.
Panamá avisó al 73 sus intenciones de cerrar el partido con un gol tras un potente remate de César Blackman que fue bloqueado de gran manera por el portero del Saprissa, Kevin Chamorro. Pero quien avisa no es traidor y al 77 llegaría una linda acción por derecha entre Bárcenas y Murillo que terminó con un centro del jugador del Mazatlán que fue rematado al fondo de las redes por José Fajardo, quien de una manera casi poética redimía con este gol los que se le atragantaron en los duelos contra los ticos en el pasado octagonal.
Tras el gol, Panamá se agigantó y mantuvo el orden, evitando sustos ante una selección costarricense que se mostraba falta de ideas, una de las críticas que más recibe constantemente el equipo de Luis Fernando Suárez, el principal afectado de este resultado.
La expulsión de Fajardo hizo que Panamá perdiera su referencia ofensiva, pero no su orden. El partido estaba encaminado y la historia se estaba escribiendo.
Ismael Díaz recibió un balón, lo llevó a banda y César Ramos decretó el final del partido. Por primera vez en la historia Panamá venció a Costa Rica en suelo tico por un partido oficial, algo que significa un paso importante para el fútbol nacional.
El Estadio Nacional cantaba al unísono “fuera Suárez” mientras que los nuestros celebraban la clasificación al Final Four de la Liga Concacaf.
Una victoria para los clásicos, para guardar y volver a ver por su significado: un paso importante en el proceso al Mundial 2026.