Frank Perlo debía hilar una estrategia acorde a las posibilidades de Tauro y las del rival. Un León de mayor peso y categoria en líneas generales invitaba a ser cauto, no arriesgar excesivamente y aprovechar los robos para salir.
Todo este sistema defensivo con tantos cuerpos hundidos no habría funcionado sin Goluz, llave de cada transición. El Tauro lo uso como via de escape y oxigeno, también como el puntal más dañino cuando se recuperara. Los interiores, Gudiño y Camargo, amén de colaborar en los duelos o aguantar cargas rivales para tocar de cara si el equipo robaba, se mantuvieron levemente descolgados. Los Taurinos sumaron varias jugadas de peligro mediante esto.
En ataque posicional, a menor tiempo más calidad debian reunir cada posesión. Tauro ubicó mucho de su juego por el sector izquierdo con Medina/Hernandéz y con Miguel Camargo sujetando arriba, para posteriormente esconderse y llegar por sorpresa para asaltar el pasillo más complejo de defender en el fútbol: el de central-lateral.
El plan funcionó, León tuvo problemas para encontrar espacios interiores y tardó en encontrar los exteriores. Porque fue en las alas (izquierda especialmente) donde los taurinos dejaron ir el partido. El equipo verde comenzó a abrir canales por esa zona, a estirar y a intercambiar las alturas de tal manera que los albinegros perdían referencias, se descompensaban y Botello no siempre podia acudir a hacer la cobertura. Ahí se le fue el partido al Toro, que al menos pudo plantarle cara al León.