El FC Barcelona ha cerrado uno de sus movimientos más estratégicos de los últimos años: la renovación de Lamine Yamal por seis temporadas más, garantizando su continuidad hasta 2031. El club catalán apuesta por su figura más prometedora y se asegura su presencia en el equipo a largo plazo.
La ampliación de contrato se concretó este lunes, tras una reunión definitiva entre su agente, Jorge Mendes, y el director deportivo, Deco. El joven futbolista, que cumple 18 años en julio, había mostrado desde el principio su compromiso con el club, y el acuerdo, que estaba apalabrado desde hace meses, ha sido finalmente formalizado.
El Barça no ha querido correr riesgos ni alargar más los plazos. Lamine, actual referente de la plantilla y uno de los nombres más deseados del fútbol mundial, recibió recientemente una oferta millonaria del PSG valorada en 200 millones de euros, que fue rechazada de inmediato. La entidad azulgrana tiene claro que es intransferible.
Con más de 100 partidos disputados con la camiseta culé y un rol indiscutible en la selección española, Lamine Yamal ya ha ganado títulos de gran prestigio: una Eurocopa, dos Ligas, una Copa del Rey, una Supercopa y el Golden Boy, entre otros. Además, ha pulverizado récords en competiciones como LaLiga y la Champions League.
El acuerdo también contempla una mejora sustancial en su contrato, reconociendo su impacto dentro del vestuario y su importancia táctica para Hansi Flick, quien lo considera pieza clave en el esquema del primer equipo. El FC Barcelona, por tanto, fortalece su futuro inmediato con esta renovación.
El acto de la firma se llevó a cabo en las oficinas del Spotify Camp Nou, junto al presidente Joan Laporta, quien celebró con entusiasmo lo que se considera el mayor fichaje del verano para los culés. La permanencia de Lamine simboliza una apuesta firme por un proyecto que aspira a dominar el panorama futbolístico en los próximos años.
Con esta decisión, el Barcelona no solo asegura a su futbolista más desequilibrante, sino que también transmite un mensaje claro: el futuro está en casa, y Lamine Yamal es su bandera.
Por: Rodolfo Mendoza